RECUERDOS EN UN PUERTO
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Una mujer trozuda, alta, de rasgos fuertes y con el swing que caracteriza una buena Bonaverense, así es Concepción Hurtado Sánchez, quien a sus 48 años recuerda con nostalgia y lágrimas su región pacífica.
Mientras le escurre el sudor por la frente, a plena luz del día, de este domingo soleado y caluroso, atiende con rápidez a personas de todas las razas en su negocio de internet y asesorías contables.
Suena el teléfono, el timbre de la puerta, ¡Señora!, necesito un certificado de ingresos, ¿cuánto cuesta?; al otro lado susurran voces, me saca tres fotocopias por favor. Ese es el día a día de una mujer que luchó por salir adelante.
Foto de archivo.
Toda su infancia la vivió entre el barrio el Cristal y la Independencia, ambos ubicados en el estrato 3 de Buenaventura. Recuerda esas ciudadelas con una sonrisa que atraviesa gran parte de su rostro, la gente del pacífico es alegre y muy espontánea comenta en tono de voz alta. En las tardes nunca faltaba el plato de marisco fresco frente al mar pacífico, donde se veía los gigantescos barcos en su ir y venir. “En Buenaventura las fiestas patronales son otra cosa, es el ritmo impregnado en su gente, el que lo vive, lo siente, esa salsa pura, el ritmo folclórico y los movimientos que nos caracterizan a los afro Colombianos”, son los que vislumbran las calles del puerto, en el mes de Agosto.
A sus 15 años llegó a Cali fruto de las pocas oportunidades que tenía de ingresar a la educación superior. Estudió hasta séptimo de bachillerato en un colegio público del puerto llamado Liceo Icoterpo. Doña María Sánchez, su madre decidió que sus hijos debían llegar a un lugar donde pudieran tener un mejor futuro, ya que la vida en la región del pacífico era sabor, música y sazón.
De esta manera Concepción a sus 22 años, la menor de diez hermanos ingresó a la facultad de Ciencias Económicas de la universidad Libre, donde obtuvo el título de Contadora Pública. Y aunque Cali le abrió las puertas, siempre extraña su puerto, su clima, su gente y su deliciosa gastronomía.